Historias ilustradas por niños afganos

Grecia: Samos
julio 2019

La historia de Zeinab

Este es el dibujo de un día en Afganistán, del día que salimos con mis tíos y tías, mi padre y mis hermanos. Nos divertimos muchísimo aquel día. Fue en un parque infantil de la ciudad. El clima era muy agradable, pero como no había mucha sombra, tuvimos que encontrar otro lugar con sombra. Luego todos fuimos por comida a un restaurante. Los del dibujo son mi mamá y mi papá. Fue uno de los mejores días de mi vida, es un recuerdo feliz. No hemos tenido ningún día como ese aquí en Samos. Algunas veces salimos. Ayer encontramos un bonito lugar, junto al mar. Fue hermoso.

Mi día más feliz, por Zeinab, 8 años, de Afganistán

La historia de Abpash

Estábamos viviendo en Turquía, en un lugar como un dormitorio, y un día nos subimos a un bote y fuimos a la frontera de Turquía. El bote tenía un hoyo y estuvimos a punto de hundirnos. Me dio miedo y me sentí muy mal. Luego, los oficiales de la policía turca nos atraparon y nos regresaron a Turquía. ¡Qué bueno porque no hubiéramos podido seguir en el bote! Nos metieron a la cárcel por un día. La cárcel estaba en un edificio grande con un enorme patio y teníamos muchas cosas para jugar, así que estuvo bien. Los guardias fueron amables, nos alimentaron. Un día después nos liberaron, pero intentamos pasar otra vez. Hablamos con un coyote y nos llevó de nuevo al mar.  La primera noche el mar estuvo agitado, pero la segunda se calmó, así que nos subimos al bote. Luego, nos quedamos sin gasolina en medio del mar y entonces tuvimos que quedarnos ahí por tres horas, me asusté otra vez. Alguien del bote llamó a Frontex, quien llamó a la policía griega, y ésta nos llevó a Quios (Chios); pero ellos cambiaron de idea y nos trajeron a Samos y nos mandaron al campamento. Esto fue hace seis semanas.

Cruzando de Turquía a Grecia, por Abpash, 8 años, de Afganistán

Actualmente vivimos en la selva [área de desbordamiento, afuera del campamento principal], y es muy malo porque hay muchas ratas e insectos. Somos 6 en una tienda. Hay tres niveles, 1, 2 y 3; estamos en el 3, hay baño y regadera, pero alguien se robó la tubería y por eso tenemos que ir a Baobab [espacio comunitario en Ítaca (Vathy)] para bañarnos; hay otro lugar de regaderas, pero más lejos. La comida del campamento no es buena. Tienes que hacer fila 3 horas por la comida y las cosas no están cocidas, están crudas. Algunas veces nos dan pizza.

Tenemos carta abierta [esto garantiza el permiso de viajar libremente en Grecia mientras se espera para la entrevista de asilo], espero que nos llamen pronto, así podremos irnos lo antes posible. Les deseo lo mismo a todos en Samos. Queremos ir a Atenas, pero luego me gustaría irme a Alemania, pues mi tía vive ahí.

La historia de Vahide

Drawing with Vahide and family in a boat at sea and yellow sun in the middle of the sky.
Mi familia en el bote a Grecia, por Vahide, 8 años, de Afganistán

Esta es mi familia. Nos dirigíamos a Grecia desde Turquía en un bote cuando nos quedamos sin gasolina, un gran barco vino de Grecia y nos salvó cuando el motor se detuvo.  Alguien dejó caer un anillo salvavidas por un extremo del bote. Había como 30 personas en el bote. Estaba soleado. No tuve miedo. Quería pararme y ver todo pero mi padre no me dejó. Esa fue mi primera vez en un bote. Antes, en Afganistán, nadaba, pero nunca en un mar grande.

La historia de Ali

Drawing of Ali’s house in Iran.
Nuestra casa en Irán, por Ali, 7 años, de Afganistán

Este es el dibujo de mi casa en Irán, en la que vivíamos con mis hermanos. A lado de la casa había un campo abierto en el que nos divertíamos mucho jugando futbol y baloncesto con mis padres. Había una carretera junto a la casa y algunas veces pasaba algún carro y ahí había un lago pequeño en el que podíamos nadar gratis.  Nos encantaba jugar en ese parque, íbamos mucho ahí. Un día mi padre decidió que debíamos mudarnos a Turquía porque quería que tuviéramos una buena educación. Pero desafortunadamente no pudimos estudiar en Turquía, pues ellos dijeron: “ustedes son migrantes de Afganistán, no pueden estudiar aquí”. No tenía ningún juguete para jugar, pero algunas veces íbamos a jugar futbol.

Este dibujo es de nuestro viaje de Turquía a Grecia, al otro lado del mar. Estuvimos en un bote pequeñito con 42 personas. Al principio nos divertimos mucho porque había delfines siguiéndonos alrededor del bote. Pero luego el mar se puso agitado y difícil y todos nos despedimos de todos porque el mar estaba muy picado y eso nos daba mucho miedo.

Drawing of boat at sea with yellow sun in top right corner
Nuestro viaje de Turquía a Grecia, por Ali, 7 años, de Afganistán

Nos tomó 3 horas, entre la media noche y la madrugada y, luego, ya estábamos en Grecia [aguas griegas], pero la policía turca llegó y trató de lanzar una larga cuerda en nuestro bote, pero tratamos de escapar; yo estaba seguro de que acabaríamos bajo el mar. Los turcos tenían un enorme barco y el de nosotros era pequeño, fácilmente podríamos haber desaparecido bajo su bote. Y yo tenía un abrigo pesado alrededor de mis piernas y mis pies quedaron atrapados bajo un pesado tanque. Pensé que la policía turca simplemente nos dejaría ahí y moriríamos. Es por eso que todos nos dijimos adiós.

Y al otro lado la policía griega nos estaba esperando en un gran barco y nosotros queríamos alcanzarlos, pero cuando nos acercábamos a ellos la policía griega sólo se nos quedó viendo. Nuestro bote estaba roto, el agua entraba y la policía no nos permitía subir al suyo. Ellos trataron de ahogarnos. Usaron largos tubos de metal para alejarnos. Pero entonces mi padre agarró el tubo de metal y se los quitó. Luego un oficial de la policía turca dijo:

… Los vamos a matar.

Y mi padre gritó:

… Si quieren matarnos, mátenme, pero dejen que los niños vayan a Grecia. 

Y él puso su cuello en el borde del bote. Entonces nos acercamos a la policía griega y los oficiales turcos se marcharon. Se fueron muy lejos para Turquía.  Y la policía griega nos dejó entrar. Nos quedamos en el barco por unas cuantas horas y luego llegamos a las islas. Se llevaron a mi padre a un lugar para interrogarlo. Lo retuvieron por tres días. Después de que regresó, mi mamá fue al hospital porque estaba embarazada. Nos fuimos al campamento. Ahora aquí tenemos alojamiento y puedo ir a la escuela. Adoro esta escuela.

Pero mis padres se preocupan y hacen que me preocupe. Me enojo y me pregunto a mí mismo por qué vinimos aquí, pues no tengo a nadie con quien jugar acá. Sólo me siento en la silla sin nada que hacer. Claro, entiendo que no tenemos dinero. Aquí en Samos puedo nadar. Voy a nadar yo solo. Mis otros hermanos solamente juegan junto al mar, pero yo puedo nadar con o sin salvavidas. Pero no quiero quedarme aquí. Queremos ir a Atenas y tener mejores condiciones. Podríamos vivir allá.

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